lunes, 22 de diciembre de 2008

La mentira más estúpida

Dios. Sólo debemos darnos cuenta por qué estamos discutiendo: por un libro escrito por anónimos, por sucesos milagrosos que nadie ha visto, por lenguas de fuego, voces de las nubes, cuerpos voladores, pan y peces multiplicados, curados, revividos, que hoy y ahora, ya no existen (o tal vez nunca lo hicieron). Por favor, tengamos presente por qué estamos debatiendo: por su necesidad de crear seres perfectamente imperfectos con la única misión de ser felices (adorándole, entregándole nuestra existencia en sinsentidos incomprobables. Me parece un poco egoísta crear imbéciles haciéndoles creer semejantes), en dar la vida por una fe que cada día se evidencia más falsa, antigua y débil.
Escúchense y piénsenlo 2 veces: Dios no me va a bendecir hoy, porque hoy he blasfemado, Dios no me va a bendecir mañana por haberme arrepentido, Dios no me bendecirá nunca, porque mi ALMA (sí, en mayúsculas), es la consecuencia de reacciones químicas y físicas en mi cuerpo, el llorar, reír, carcajear, no son sino hormonas secretadas por glándulas de mis adentros.
Dios hoy me ha olvidado, porque ya lo ha hecho antes. Él que conoce el pasado, presente y futuro, se olvidó que conocía las consecuencias de crear a nuestro padre Adán y nuestra hermosa madre Eva, sabiendo que irían a comer del libre albedrió de su estupidez, sabiendo que el "árbol", no es sino el mejor reflejo de la humanidad: la curiosidad y sí, la ignorancia necesaria para darse cuenta que hay mentiras mejor construidas que la verdad más pura. O tal vez somos solamente un tiempo, un espacio de experimento, el espacio del error que Dios cometió, para un segundo después, crear la perfección.
O tal vez, y sólo tal vez, Dios es la mentira más estúpida que alguien puede creer.

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