martes, 22 de julio de 2008

Ezekiel

Los escucho pero nada los provoca. Los golpes, el raspar de la mesa, todo permanece inmóvil, excepto mi miedo.
Intento observar cualquier cambio a mi alrededor. No existe. Sólo estoy yo, y mi sangre corriendo con terror. Sólo son recuerdos de otras vidas. Sólo es mi mente, notando que no está aquí, que ha muerto, en el olvido de un recuerdo.
Los recuerdos siempre eligen escaparse de mi mente débil.
Mi mente débil. Que olvidó a quién pertenece, que olvidó reconocer el tiempo, encontrar el suficiente espacio, que olvidó quién soy.
La única solucion: caer en el vacio esteril. Para siempre.