lunes, 24 de agosto de 2009

Too far

Since i realized nobody cares about this shit, this is my last entry.

lunes, 13 de julio de 2009

La noche de hoy

Estoy sólo aquí, sin escuchar, incapaz de recordar por qué no puedo dormir. La luz se ha ido y no distingo si son mis ojos o es el velo de la luna muriendo. Debe ser sólo la realidad reflejándose sobre nosotros. Debe ser sólo la inocencia perdida en pensamientos de amor retorcidos, dentro de todos.
Esas palabras eran horribles.

lunes, 11 de mayo de 2009

Tu lecho calcinado

-¿Cómo estás?- dijo
-¿Qué esperas que responda a esa maldita pregunta?-dije
-No lo sé, no necesitas molestarte, sólo era mi curiosidad rascando mi conciencia.
-Tu curiosidad... deja de comportarte como un gato, que ya no te aguanto-dije
-Cada día eres un individuo más violento y agresivo, terminarás lastimándote. Tus sueños son estúpidos y sin sentido; continúas gritando insultos a todas las personas y bebiendo como una bestia.
-No puedo olvidar su rostro.
-¿Y por eso te comportas así?
-Sí.
-Es mentira. Sólo buscas una excusa para mantenerte estupificado, ahogado, con esos nudillos sangrando.
-Esque ya no soporto tu rostro tampoco.-dije
-Ahora mira la hora, es demasiado tarde para tí, no lograrás alcanzarle. Mi cara no es ninguna razón suficiente para motivar a alguien o algo a una respuesta como la que tú tomas-respondió
-Siempre es muy tarde para todo.
-Lo es en este momento.
-Tu cara terminará conmigo, en el desgraciado momento en que me atrevo a pararme frente al espejo, sé muy bien que cobrarás todas las noches que te he arrebatado de las manos porque son mías, pero te aferras a creer que compartimos la vida, te aferras a insistir en que me conoces, no eres más que aquél que me mira a través del espejo, eres nada para mí.
-Soy sólo yo, reconóceme.-dijo
-Reconócete a tí mismo, yo no estoy dispuesto a hacerlo.
-Lo haré esta noche, con tus manos sucias y tu lecho calcinado, te recordaré quiénes somos.

jueves, 26 de marzo de 2009

El carbón y los cerdos

Me sorprendí.





-Entonces pensé en que podría hacer cosas bonitas con mi manera de hablar-dije
-¿Qué te hizo pensar eso?
-Puedo manipular el aire, puedo quitártelo y matarte.
-Y yo puedo convertir a las personas en estatuas de carbón, después obligarlas a caminar, actuar como humanos y forzarlas a alimentarse de fetos porcinos.-respondió
-No puedo creerte.
-Yo tampoco te creo, imbécil.
-Puedo probar que lo que digo es cierto. ¡Yo puedo!
-Sólo un puñado de nosotros se atreve a intentarlo.
-Yo seré el dedo inicial.
-No tardes demasiado, por favor.
El aire y sus ondas se reducían, al igual, su vida iba en descenso por el camino sin suelo. No fue suficiente, el aire fue mayor a su deseo, sólo fue hecho cierto en un pequeño momento.
-Lo siento, las decisiones tomadas por alguien más sobre tu deseo, la incertidumbre de qué hubiera pasado, te llevarán a olvidar tus nombres, tu sexo y tu aroma. Es inevitable, ahora te conducirás bajo mi pensamiento.-dijo
El carbón y los cerdos fueron su vida, en cualquier momento la mía.

domingo, 8 de febrero de 2009

Tercera gratificación

Esta vez intentaré sea distinto. Tuve bastante gusto de conocerle y poder comer su cerebro, pero no parece lograr comprender que finalmente se ha podrido dentro de sus costumbres matutinas: aquellas que le han cobrado la mitad de su vida. Se ha estado refugiando bajo mis dientes defensores, pero ahora la saliva y los murmullos que gotean de mi oreja están cesando, los deseos de ir y volver me forzaron a desear mi soledad en petrificación sempiterna. Me remitiré al peso del tiempo sobre mi carne para la final resolución, será ese insesible juez que se encargue de lanzar la soga sobre mi cuello, la letalidad sobre mis venas, mis sobras a los cerdos. Y fingiré que realmente me duele, gritaré y suplicaré clemencia, solamente para aceptar más tormento por parte de mis propios infiernos.

lunes, 2 de febrero de 2009

Estrella sin espíritu

-He pasado la vida intentando que mi tiempo sea ficticio, prolongando los minutos, exprimiendo los segundos en el intento de una apariencia, para que tú creas que me conoces, al menos la mitad.-dijo
-Debes estar loca-dije
-O triste. Debo estar pálida por mi niñez, para ella, para tí o para que alguien me reconozca entre las demás personas, debo estar fingiendo no ser bella.
-¿Por qué eres así?
-¿Cómo?
-Tan débil
-Decidí que no puedo oponerme a lo que siempre he sido, he intentado cambiarme en todos los sentidos, al final vuelvo a ser la misma y a sentir que nada cambia dentro de mí, a sentir la traición de mis ideas y de las personas. Cuando me olvidas, siento que envejezco en la inoportunidad de ser recordada, de hacerte sentir que me siento olvidada. Algún día, cuando mis palabras sean sólo el eco del pasado vigoroso, cuando alguien intente depender de mí y buscar gozo, sabré que nunca lo logré, entenderé que nunca estuviste allí y que nunca pude confiar en tí.
-Al final, cuando mis palabras sean sombras, estaré seguro de recordarte reduciendo mis memorias a las importantes, abarcando solamente aquello que ha trascendido para mi detrimento. Cuando mi visión sea vaga, estaré seguro de volverme una bestia sin cara, un habla sin conciencia, una vida sin tu presencia.-dije
-Tendré miedo que lo olvides.-dijo
-Nunca podré aceptar que lo que parecía ser lo más importante dentro de estas manos, pueda tener un final tan miserable y desdichado.
-Intenta evitarlo. Hay algo en tus ojos que no permitirá el regreso a la paz cotidiana, algo en tus palabras que reflejan mis acciones, algo en mis secretos que representa tu confianza. ¿Crees que lo he sentido antes?-dijo
-Sí.-respondí.
-No. Nunca antes, aunque pareces conocido.
-Hay una voz que es tu reflejo,me golpea, no me permite concentrarme.-dije
-Sé que antes has estado conmigo, reconozco tus latidos, van más allá de tu cuerpo y llegan al mío. Cuando encuentro tus palabras siento sobriedad en mis acciones.

lunes, 29 de diciembre de 2008

phSBzd

Ahora vuelvo a pensar. Creí que en definitiva ese pensamiento había muerto en el olvido de mis manos al temblar. Ahora qué puedo hacer, aparece y me ataca, intenta alimentarse de mí y no se detiene a observarme. En su lejanía absurda me hace suplicar clemencia. En su presencia infinita, en el círculo de su frente, en el nudo en su espalda, me orilla a querer regresar y convertirme nuevamente en su suelo; en todo el tiempo frente al espejo, que refleja un rostro distinto al mío, que refleja mi deseo: el anillo incrustado en su pecho, la sangre que intenta salir de mi cuerpo.
Es sólo la maldita ilusión que me confunde, es únicamente el líquido en mi cerebro, es mi cuerpo inundado en vidrios de miedo.
Ahora me alimento de tierra para fingir mis comidas, bebo mis lágrimas y finjo mis bebidas, lleno mis oidos de insectos para no escuchar mis pensamientos, me retuerzo y procuro sufrir, para olvidar de dónde provengo.
No quiero recordar su paradero.