-He pasado la vida intentando que mi tiempo sea ficticio, prolongando los minutos, exprimiendo los segundos en el intento de una apariencia, para que tú creas que me conoces, al menos la mitad.-dijo
-Debes estar loca-dije
-O triste. Debo estar pálida por mi niñez, para ella, para tí o para que alguien me reconozca entre las demás personas, debo estar fingiendo no ser bella.
-¿Por qué eres así?
-¿Cómo?
-Tan débil
-Decidí que no puedo oponerme a lo que siempre he sido, he intentado cambiarme en todos los sentidos, al final vuelvo a ser la misma y a sentir que nada cambia dentro de mí, a sentir la traición de mis ideas y de las personas. Cuando me olvidas, siento que envejezco en la inoportunidad de ser recordada, de hacerte sentir que me siento olvidada. Algún día, cuando mis palabras sean sólo el eco del pasado vigoroso, cuando alguien intente depender de mí y buscar gozo, sabré que nunca lo logré, entenderé que nunca estuviste allí y que nunca pude confiar en tí.
-Al final, cuando mis palabras sean sombras, estaré seguro de recordarte reduciendo mis memorias a las importantes, abarcando solamente aquello que ha trascendido para mi detrimento. Cuando mi visión sea vaga, estaré seguro de volverme una bestia sin cara, un habla sin conciencia, una vida sin tu presencia.-dije
-Tendré miedo que lo olvides.-dijo
-Nunca podré aceptar que lo que parecía ser lo más importante dentro de estas manos, pueda tener un final tan miserable y desdichado.
-Intenta evitarlo. Hay algo en tus ojos que no permitirá el regreso a la paz cotidiana, algo en tus palabras que reflejan mis acciones, algo en mis secretos que representa tu confianza. ¿Crees que lo he sentido antes?-dijo
-Sí.-respondí.
-No. Nunca antes, aunque pareces conocido.
-Hay una voz que es tu reflejo,me golpea, no me permite concentrarme.-dije
-Sé que antes has estado conmigo, reconozco tus latidos, van más allá de tu cuerpo y llegan al mío. Cuando encuentro tus palabras siento sobriedad en mis acciones.